Esta mañana me encontré realmente con un sentimiento que no me esperaba.
Una etapa de mi vida se cerro, algo en mi no me dejo continuar con lo que hace tiempo atrás había comenzado. En ese momento no me importo, se que cuando una puerta se cierra pronto otra me recibirá con los brazos abiertos; y se que así es, se lo que me espera el año entrante, detalle cada uno de mis pasos, nada puede salir mal.
Pero ahora que tengo tiempo de pensarlo fríamente no estoy tan segura de mis decisiones, puse punto final a eso que tanto me apasionaba y aunque se que alguna vez puedo retomarlo me invade el sentimiento de nostalgia.
Ese sentimiento que llega cuando algo se termina, cuando lo que antes estaba ya no esta, lo que antes hacias por decisiones propias o por cosas de la vida ya no vas a poder hacer.
Tristemente para mi tome la decisión de dejar teatro, este iba a ser un gran año, muchas oportunidades nuevas estaban floreciendo pero por razones que no quiero detallar tome esa decisión. No se si estuvo mal, no se si estuvo bien. Lo que si se es que me quedare con la incertidumbre del que podría haber pasado si...
Mamá trato de consolarme cuando le dije que no estaba de acuerdo con mi negación a seguir creciendo como artista, me dijo que no estaba mal que era comprensible que me arrepintiera pero que estaba dejando de lado algo para el día de mañana poder hacer lo que realmente me agrada y que podía retomar teatro cuando quisiera, que mis prioridades me habían llevado a eso y que no había nada por lo que me tuviera que sentir mal.
Pero lamentablemente así me siento y es una reacción que esperaba, sabia que podía arrepentirme pero fue mi elección y tengo que aceptarla se que a futuro me voy a dar cuenta que estuvo bien.
A veces en la vida hay que tomar decisiones para poder llegar a nuestras metas, aunque sean decisiones dolorosas el destino de alguna manera nos compensara y es ahí cuando tenemos que tomar la revancha.