De camino a casa ocurrió algo que me tomo por sorpresa, miles de mariposas volaban libres por mi panza y simultáneamente me llenaban de felicidad.
Asome la mirada por la ventanilla del autobús y el cielo se torno azul eterno, yo me sentía feliz y mi felicidad contagiaba todo a mi alrededor.
De repente millones de colores estallaron, ya no sentía soledad en mi interior.
Te jure ser esa rosa que florece en la tempestad. Ser el camino más facil a casa. Ser tus miedos y tus enojos pero también tu alegría. Ser tu amiga y tu pilar. Ser y siempre ser solo por ti.
Y aunque quizás nada vuelva a ser como antes lo único que pido es seguir a tu lado, no importa la forma, no importa de verdad, solo estar a tu lado me hace feliz y yo quiero ser quien te haga feliz a ti.
domingo, 8 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Ahh.. Esa sensación. Parece que hace siglos que no la siento, me alegro de que en tu caso no sea así- Agárrate a ella, que no se te escape. Sigue siendo pequeñas cosas para esa persona y algún día acabarás siendo un todo.
Precioso. Como siempre.
¡Un beso enorme!
Muy bonito, contagia ganas de vivir, de cantarle feliz a las cosas bonitas, de bañarse en esos colores que estallan.
Un beso
:)
Publicar un comentario